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Mostrando entradas de 2021

Volverás a Región, de Juan Benet. La belleza de una complejidad laberíntica.

  Hoy vamos a volver a Región de la mano de Juan Benet, que es casi una vuelta obligada (a veces en más de una ocasión), porque la complejidad a menudo farragosa del autor, impone relecturas que aun así permanecerían en la sombra sin la aclaración de alguna de sus obras posteriores, siempre a vueltas con ese universo imaginario. Volverás a Región (1967) , obra fundamental del tardofranquismo, que marca para mí (junto con otras, como el Tiempo de Silencio de Martín-Santos) el inicio de una senda nueva en la ficción literaria nacional, es un relato oscuro, críptico, profundamente psicológico, esforzado incluso (a menudo uno ha de releer un párrafo para entenderlo, a menudo ha de volver atrás para captar un concepto…), pero gratificante a la postre, como lo son todas las obras del autor, que desplegó en mi opinión, una de las más complejas, acabadas, expresivas y personales narrativas de la lengua española. El universo de Región es un imaginario detallado (en sus primeras edicio...

Sebastián o el dominio de las pasiones, de Lawrence Durrell. Un tratado ligero.

  Pertenece esta obra al Quinteto de Avignon , siendo la cuarta entrega, tras Constance . El problema con Durrell es que te obliga a leer todas sus obras y en el orden correcto, o tendrás problemas para entender lo que lees. Así sucede también con su Cuarteto de Alejandría ; cuatro obras de las que una de ellas, Justine , ya se trató en este blog. Justine (junto con Clea , las dos obras del Cuarteto que he leído) me gustó realmente; acaso porque era la primera de una serie y entonces no había puntos oscuros. Pero con Sebastián , habiendo leído (y hace un tiempo) solo otra entrega del Quinteto, me he visto a menudo asaltado por personajes nuevos para mí que eran tratados como si el lector tuviera la obligación de conocerlos. Es esto lo que más me chirría de Durrell. Sebastián trata (pretende tratar) sobre el amor, el deseo, el control de las emociones, tal cual nos adelanta su subtítulo. Y lo intenta a través de las sutilezas de las sectas gnósticas, las preocupaciones psicoana...

Cuentos de H. Bustos Domecq, de Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares. La broma de la modernidad.

  Hay libros olvidados que conviene releer cuando los tiempos en su discurrir cotidiano parecen ponerlos de nuevo en boga. Así, en días plagados de listos y aprovechados, de arribistas, de lumbreras de lo nuevo , de mixtificadores de las tendencias , de buceadores de aguas posmodernas, tanto en lo artístico como en lo social y político, en lo humano, ¡en todo!, viene bien refrescar los Cuentos de H. Bustos Domecq , destilados por la lucidez y la finísima ironía de Borges y Bioy Casares. Siempre he imaginado a los dos autores argentinos partiéndose de risa mientras daban curso a las disparatadas historias que pueblan las sucesivas entregas de esta obra. La primera aparición se constituyó con los Seis Problemas para Don Isidro Parodi (1942). La siguieron con las Dos Fantasías Memorables (1946), y después de un paréntesis de veintiún años, remataron con las Crónicas de Bustos Domecq (1967), para mí de una genialidad delirante, y por último los Nuevos Cuentos de Bustos Domecq , ya e...

Imperiofobia, de María Elvira Roca Barea. Un ensayo imprescindible.

Precede a este ensayo la fama de sus ya veintidós ediciones y no para; y he de decir que es en mi opinión fama justa, porque el libro ha supuesto un aldabonazo en mi esquema histórico de España, y creo que lo habrá sido también en sus decenas, sino centenares de miles de lectores; incluso para aquellos que como yo, ya hayan dedicado tiempo y ganas al conocimiento de nuestra historia. Roca Barea aborda el siempre espinoso asunto de nuestra Leyenda Negra, abundando además en otras leyendas negras de otros tantos imperios históricos, tal cual Roma, Rusia o Estados Unidos; si bien la parte del león en el ensayo se la lleva el Imperio Español. Y la aborda con tal profusión de datos, matices y argumentos, que a ratos resulta apabullante; al punto de lograr que el lector pase del asombro al humor e incluso al enfado, en aquellas ocasiones en las que los datos comparados que la autora aporta, producen estupor. Conocía yo, por ser de mi interés, muchas de las realidades y circunstanci...