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Revindicación de la literatura

En estos tiempos de omnipresencia audiovisual, es momento de revindicar la literatura.

Ante la pasividad del espectador frente a la pantalla, que deja escaso o nulo margen a la imaginación, cabe contraponer la interacción del lector frente al libro, el viejo arte literario que nos permite evocar rostros, paisajes, situaciones, el peso de una frase, la violencia de un sentimiento, una ofuscación aplastante y obsesiva, una alegría desatada y feliz. Y hacerlo con nuestras propias imágenes en nuestro propio pensamiento intransferible.




Es tiempo de revindicar la literatura. En nuestro sillón preferido o mecidos por el vagón del metro, recostados en la cama, entre almohadones, antes de dormir, o tumbados en una playa, al calor estival, después de un chapuzón. En silencio o con nuestra música favorita, acompañados o solitarios, con un whisky a mano, o una taza humeante de buen café, de un té aromático y exótico, de una copa de nuestro mejor vino.

Este será un espacio para eso: Hablar de nuestros libros, de las lecturas que nos hechizaron, de los autores que nos llegan al fondo o de los que nos dejan medio apáticos, por decirlo de una manera suave. Para comentar el libro que estoy leyendo yo, que estás leyendo tú. Por qué te gusta tanto ese que yo aborrezco, al tiempo que adoro ese relato que te aburre a ti. Por qué coincidimos en que otro libro es una obra maestra, y en cambio aquel que un día nos lo pareció, ha envejecido tan mal...
Y nos recomendemos cosas con un punto de complicidad.

Aquí arrancamos. Veremos qué sale de todo esto.
Un saludo para todos

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